Pensaba que era un vacío enorme, indescriptible, de esos que te arrastra sin que te des cuenta, silenciso, pero siempre presente.

Pensaba que era un roto en el alma que no podría coserse ni con los más brillantes rayos de luz.

Estaba equivocado Chicho. Algo de mí murió contigo.

Solo espero que estés bien, donde quiera que estés.

Esto lo escribió nuestra madre a los pocos días de irte. Te lo dejo aquí…

Te fuiste sin avisar…
Yo te habría tejido una bufanda llenita de lunas y estrellas: tal vez haga frío por ahí fuera.
Habria cargado tu mochila con lienzos, linaza, disolvente; latas de pinturas, elementos varios, tan absurdos para algunos, tan necesarias para ti.
Las rosquillas de esa infancia feliz y despreocupada, compartidas entre hermanos, se han quedado a 180 en el horno del recuerdo….
Sonrisas, abrazos.
Juegos infantiles, riñas de hermanos.
Pies descalzos, mocos y anginas.
Pijamas, almohadas, oración de madre:
besos en la frente.
Magia, misterio: los niños bajo las mantas, con el corazón a cien: noche de reyes.La mañana gris y fría.
El hogar lleno de luz . Los nervios a flor de piel.
Brincos, risas, parloteo. los tres hablan a la vez: mañana de reyes
Las rosquillas de esas infancia se han quedado a 180 por siempre en el corazón.